Un paréntesis entre milenios.
Hay sonidos escondidos debajo de las piedras.
Viajes, un puente hacia el infinito,
la pasarela es una cuerda floja suspendida en el vacío.
Grita un cuco a lo lejos,
mientras las cigüeñas escarban con sus patas
entre la tierra mojada.
Los tejados de las iglesias tienen sed
de oraciones hechas con el barro de los muertos.
La memoria serpentea por el oscuro abismo
de los axones arrepentidos.
Sinapsis en cuadernos de Rubio,
como ikebanas de húmedo rocío.
Un oceáno inunda cada rincón
de los recuerdos heridos.
Hoy es lo único para compartir,
hoy es lo único para sentir.
Texto de Ane García.